En estos tiempos, hablar de la paz en medio de tantas guerras, es un tema que debe propulsar a la humanidad para buscar o restaurar el equilibrio perdido. Solo recordemos que la paz, inicia desde dentro del ser, para que germine como la buena semilla que produce frutos dentro del corazón.
La paz es como un gran campo donde tus manos labran. Comienzas por limpiar la tierra, apartando la maleza y preparando el campo para que sea una buena tierra, fértil para la siembra, donde no falte el riego y el abono para lograr una buena cosecha. Así es como se cosechan los grandes tesoros que yacen dentro del corazón, la paz verdadera es uno de ellos.
Es necesario crear las condiciones donde las personas puedan vivir en tiempo de paz, y que sea una fuente que consolida realmente el progreso de las generaciones. Pudiendo ver a una humanidad más equilibrada para conducir de forma más consciente sus derechos. Y sin las perturbaciones diseñadas y pretendidas por los hacedores de las guerras para el enfrentamiento bélico.
En los principales portales de noticias podemos ver destacados titulares con imágenes de guerras de todo tipo en diferentes lugares del mundo actual, lamentablemente, es una situación que se está atravesando en distintos lugares, como resultado de las guerras por poder o dominio, porque principalmente son guerras diseñadas y provenientes de seres que tienen un corazón lleno de codicia, de venganza y de odio, de maldad, pudiéndose ver “en algunos casos” marcadas doctrinas racistas o de tendencias de grupos supremacistas, otras veces de grupos religiosos extremistas, y que pone en peligro inminente la existencia de la vida.
La paz que deseamos no puede estar atada a quienes llevan consigo los planes de destrucción de la humanidad o de aquellos que desean concretar una guerra mundial que puede provocar un exterminio masivo de la población civil, sólo por conseguir objetivos individuales.
Hoy todavía destinan grandes sumas de dinero en programas de armas químicas y armas biológicas, y especialmente en las devastadoras armas nucleares diseñadas para la guerra.
Muchos investigadores de esos temas hacen mención de que algunos países poseen armas biológicas, que pueden originar múltiples enfermedades, incluso una pandemia mundial como ya lo ha experimentado la humanidad en estos últimos tiempos. A pesar de que su uso está prohibido, por convenios y tratados internacionales entre países, debido a los graves resultados que se pueden generar tras su uso. Algunas de esas enfermedades o plagas mundiales, fueron tratadas y controladas con éxito en el pasado. La buena comunidad científica, base su investigación y labor en controlar y evitar la propagación de nuevas cepas, para proteger vidas.
Investigadores de estos temas, algunos gobernantes están retomando esas cepas, para reforzarlas y utilizarlas como armas de guerras, algo lamentable, porque va en contra de la preservación de la vida. Se sabe que algunas de estas prácticas se han denunciado ante organismos internacionales.
La paz debe colocarse en una balanza equilibrada, para sopesar y acordar su importancia entre los representantes de los gobiernos de cada estado. Y sin falsas posturas individualistas que socaven la paz mundial.
Este es un tema que debe ser abordado e investigado con sumo interés por los organismos internacionales que defienden los derechos humanos. Así como los que protegen y defienden el equilibrio de la Tierra. Porque afecta toda la vida de nuestro hermoso planeta, considerado un espacio natural único, para satisfacer las necesidades humanas, y cuyas características son insuperables.
Todo lo que nos ha dado este hermoso planeta es para valorarlo. Y debemos ver cómo nos abriga amorosamente con sus brazos, desde el principio de la creación.
Es necesario crear las condiciones donde haya vida y tiempos de paz, lo que ayuda a consolidar el verdadero progreso, parar conseguir un equilibrio donde haya consciencia, sin perturbaciones que dividan las naciones.
Algunos líderes mundiales utilizan la paz como una alfombrilla para ganar simpatizantes, y otros apuestan a la guerra como un arma de defensa, pero atacando a los que buscan establecer acuerdos de paz y de entendimiento entre naciones, para evitar la guerra como una causa justa a favor de la humanidad.
En el mundo actual, la paz es un punto importante a tratar en cada reunión de los líderes de las naciones, porque es valiosa en verdad y algunos la ven como un impedimento para concretar sus ganancias. La paz, no es algo para poner a un lado, es algo para preservar y guardar como el verdadero tesoro que es.
Un buen líder, se preocupa por ayudar a construir la felicidad junto a su pueblo, y a disponer su trabajo y esfuerzo para conseguir un ambiente lleno de respeto y buena convivencia, lo que genera un desarrollo integral que a la vez garantice los derechos humanos y el progreso de las personas.
Por eso cada gobernante, que tenga la visión humanista, realmente va a observar a profundidad en su política inclusiva, que sus métodos de trabajo apliquen a favor del desarrollo de su país y que lo motive a plantear políticas que favorezcan a los pueblos. Sería su aporte a favor del planeta y de la vida, que restaure el equilibrio.
La mayor parte de la humanidad no respalda a los líderes o gobernantes con alma de grandeza o de superioridad, y cuyas ansias de poder desmedido van en contra de la paz y del equilibrio de los pueblos.
Revisemos, también, la historia desde la antigüedad, sobre un emperador que fue declarado enemigo del pueblo. En el 64 después de Jesucristo, aquel Nerón de la antigua Roma subió al trono, y en su delirio de grandeza y de locura a la vez, llegó a cometer graves crímenes durante su reinado, incluso contra su propia familia. Y dirigía sus ataques extremistas llenos de odio y locura contra el mismo pueblo romano. El joven emperador inspiraba terror alrededor de su imperio, y en su locura ordenó incendiar a Roma, para luego acusar a los cristianos. Este emperador, cantaba y tocaba la cítara, mientras estaba viendo aquel voraz incendio que había ordenado ejecutar a sus hombres. Estos hechos quedaron registrados durante ese año.
Esta es una reseña comparable a lo que sucede hoy en día, algunas de estas cosas se pueden ver reflejadas en los líderes que pretenden hacer daño a muchos, sin tomar en cuenta sus derechos, sus vidas y su libertad, afectando los acuerdos de paz e incluso dañando la vida del planeta.
Durante decenas de siglos la historia de las guerras, ha develado que, primeramente, tienen fines mercantilistas. Y otras tienen el propósito de la dominación y de la conquista de territorios, sustracción de recursos, o están incluidas todas las opciones mencionadas.
La buena humanidad, además que somos mayoría, debemos incentivar la cultura de la paz, del amor, de la unión de los pueblos. Y claro que sí, puede consolidarse la paz, pero hace falta mayor entendimiento y razonamiento, y menos gobernantes disfrazados de pacifistas, sin sentirlo realmente en sus mentes y en sus corazones. Porque un gobernante belicista, puede poner en peligro de extinción la vida del planeta. Lamentablemente, engañan a sus partidarios, porque dan sus discursos de paz y de respeto por los derechos humanos, pero a la vez van levantando y ondeando banderas para la guerra contra los pueblos. Y todavía a esos gobernantes belicistas e imperialistas, algunos se le arrodillan ante su paso, y les rinden honores.
No desvaloricemos la importancia de que, una nación sea pacífica, y quiera mantener la paz para su pueblo. Aún más defendible es, cuando observamos la vida de los que viven en una eterna guerra, porque sumergen a sus pobladores en un caos obligatorio, en una violencia inducida y les obligan a estar en una realidad tangible de la que no puede deshacerse, al mismo tiempo, impuesta como una forma de vida o de sobrevivencia. Perdiendo la humanidad toda posibilidad de crecer y desarrollarse en un ambiente estable y seguro, y en paz.
Dentro de un conflicto, la conciliación es un eje principal para llegar a un acuerdo. Convenir entre las partes un acuerdo de paz y de entendimiento, dará la posibilidad de demostrar que la violencia, no es la mejor forma de la comunicación entre los seres humanos. Porque dondequiera que se instaure la violencia, en parte, es la causa de principales males.
La historia de la humanidad tiene infinidad de reseñas sobre los conflictos que originan las guerras entre las naciones, cuyos resultados no siempre han sido los mejores.
Ahora bien, no debemos conceptuar que las guerras no pueden evitarse en cualquier situación, porque resulta que, algunas veces, gracias a la intervención de organismos de corte internacional, puede lograrse un convenio de paz entre los países. Pero es primordial que exista la disposición entre las partes para lograr un pacto de paz y así poder evitar la guerra entre las naciones. Caso contrario, sería absolutamente detestable que, una organización internacional creada para fomentar y promover los caminos de los tratados de paz y de la defensa de los derechos humanos, mercantilice su misión, y sea amoldada a los intereses de algunos gobiernos, cuya visión es apoderarse de los recursos energéticos, de los mares, y de las riquezas de algunos países en el mundo, entre otros intereses particulares. Observándose que buscan obligar a los pueblos a que acepten sus convenios de guerras y no de paz.
Buscar la paz para los pueblos, es trabajar a favor de la humanidad. Y es preservar que los seres vivos que forman parte de la naturaleza en nuestro planeta, tengan garantizado su ciclo de vida natural, y en sus distintas especies. Así como, también, se le respete sus ciclos de desarrollo natural.
Esto parece algo imposible de lograr, y es porque la indiferencia y la frustración no les deja ver que, si se puede lograr en algún momento los acuerdos necesarios, mediante los caminos de la paz y del respeto, y del entendimiento mutuo.
No nos dejemos llevar por el pesimismo y la negatividad de algunos pensadores o de creadores de las tribulaciones para la raza humana. Establecer nuestra paz mental y espiritual, es un deber humano y tiene un valor incalculable.
Hoy la configuración de las guerras entre los países es sistemática, y se produce, habitualmente, dentro de un despacho de gobierno. Y esto no siempre da la victoria a sus creadores. Porque una nueva etapa de instrumentos de acuerdos para la paz, se está despertando en el mundo actual, y pueden disminuir los aterradores efectos de las guerras que algunos líderes pretenden imponer a la humanidad. Y es preconcebido que se logran convenios de paz entre las naciones. Esto gracias a los defensores de la paz.
El progreso de establecer los acuerdos para la paz entre los pueblos del mundo, es recibiendo de cada nación los votos necesarios que determinen que la paz es un preciado valor que debe ser reafirmado por el bien entre las naciones.
Hay que apoyar a los organismos internacionales, siempre que sea para apoyar la defensa de la paz. Y no apoyar a aquellos cuyas gestiones se enfocan en contra de ella, porque al final buscan la desestabilización de los pueblos.
El llamado a la paz, es un bien humano necesario, porque la paz es la ausencia de conflictos, de discordias, de enfrentamientos hostiles, y de odios irracionales.
La paz es el estado emocional ideal que lleva calma y tranquilidad. Trae sosiego y armonía que beneficia positivamente al ser, ayudando en su crecimiento, y va a reflejarse en su sano desarrollo, su equilibrio, y su propio bienestar individual.
Cuando la humanidad está basando sus acciones y sus obras para mejorar y preservar la vida, está edificando su propia existencia, y la de sus congéneres.
Concluyo con la palabra de Jesús, el Hijo de Dios, cuando dijo:
La paz les dejo, mi paz les doy; yo no la doy como el mundo la da. No se turbe su corazón, ni tenga miedo. (Juan14:27).
Evoquemos su palabra, y valoremos todo lo que Jesús soportó por amor a la creación de Dios. Porque él vino al mundo con un propósito extraordinario e irrepetible de otro ser humano en estos tiempos.
Es necesario entender con sabiduría y discernimiento que en el nombre de Jesús vamos por el camino de la paz verdadera, porque representa la luz que ilumina al mundo y vence las tinieblas.

La paz sea el mejor camino de la justicia y de la verdad, que respeta la vida de la humanidad, y consolida el amor y el entendimiento entre los pueblos del mundo, y que verdaderamente da sabiduría a la conciencia humana.
Jesús es la luz que trae paz al mundo. No lo olvidemos.
Nos vemos pronto, hasta la próxima.












