El equilibrio y la resolución de conflictos

Queridos lectores nos complace mucho tener un encuentro con todos ustedes en esta entrega mensual. Bienvenidos a esta página donde deseamos publicar los temas actualizados con un contenido que les resulte útil, ameno e interesante. Y respondiendo a sus peticiones, vamos abordar el tema de la resolución de los conflictos. En algunos lugares esto es algo que sucede a diario dentro de los espacios de convivencia familiar, laboral y social.  

La resolución de los conflictos es posible cuando los involucrados adoptan una posición de entendimiento. Con una comunicación orientada a buscar la conclusión del problema de forma equilibrada y justa.

Hoy le presentamos un resumen de las características más comunes sobre los conflictos, conocer cómo es su estructura y su clasificación. También queremos entregarles las herramientas necesarias para quienes deseen actuar en la solución o mediación de algún conflicto, individual o colectivo.

Porque se trata de contribuir y de participar responsablemente desde nuestros espacios de convivencia, y con los buenos propósitos de buscar el entendimiento para que cesen los conflictos y se establezca la paz con el esfuerzo de todos.

Mediación del conflicto

El mejor ejemplo de la humanidad es ordenar las posibilidades para lograr una solución. El diálogo y los acuerdos son claves para encontrar un beneficio común entre las partes. Dejarse envolver sin hacer nada al respecto, sería permitir que ese conflicto lo desgaste física y mentalmente. Esto indica que no fue manejado de la forma más responsable, más equitativa y eficaz desde el principio.

Para mediar en un conflicto se requiere una actitud equilibrada y calmada para resolver y buscar soluciones. Sobre la mesa de acuerdos, debemos evaluar soluciones. Tomar decisiones. Evaluar decisiones. Establecer metas. Tener acciones de garantía para la resolución del conflicto.

Es necesario establecer el diálogo para mejorar la comunicación y estar en la búsqueda de la conciliación. Lograr la negociación entre los acuerdos. Esto ayuda en la resolución del conflicto, y al poder utilizarlo de forma ordenada y planificada puede tener éxito.

“Resulta fundamental prevenir y gestionar de manera adecuada los conflictos sociales.”

Dentro de las competencias y valores de la sociedad, es necesario buscar el equilibrio en cada situación, como una forma de garantizar el mejoramiento de las relaciones humanas. Dando espacio a las oposiciones, pero sin llegar a la confrontación inútil y obtusa. Más bien debe haber un espacio para dirimir las diferencias y con la actitud conciliatoria para encontrar la mejor solución.

Trabajar en la resolución del conflicto dentro de los procesos de entendimiento y de paz es el mejor camino, para que el problema no sea el principio de una cuesta arriba desnivelada, con obstáculos y sin posibilidad de alcanzar el final de la meta sin esfuerzo alguno para hallar la solución.

Desde la comunidad, podemos ser parte ejecutante en la mediación para intentar ayudar, y así participar en la solución con el conocimiento necesario y con la buena voluntad de aportar en ese objetivo. Poder ayudar nos trae bienestar físico y crecimiento en lo individual, porque estamos mejorando el entorno y probablemente va a mejorar la calidad de vida en el colectivo. Aún considerando que el conflicto no es de índole personal, debe existir la disposición de prestar la ayuda necesaria para la resolución del conflicto.

Este planteamiento depende de su principal intención de buscar la solución, pero mostrando su verdadero propósito ante el problema, independientemente si está dentro o fuera del conflicto. Revisando si los protagonistas centrales del conflicto están afectando a otros “negativamente”.

Cuando los conflictos sin resolver van hacia afuera, estos van trasladándose, pudiendo esa situación estar influyendo a terceros sin control. Pero también puede afectar a otros cuando permanecen dentro de una esfera y están estancados. Esto ocurre si no se busca ayuda para encontrar una solución.

En un conflicto existe la necesidad de convocar a la paz. Dando fuerza de la palabra vital de querer solucionar el conflicto. Con una buena actitud para que lleve equilibrio y justicia. Poniendo claridad en los términos de los acuerdos. Expresando los deberes y derechos, pero con una actitud coherente y responsable entre las partes. Estas formas de mediar los conflictos pueden ser de gran ayuda.

Estructura del conflicto

El primer paso es aprender sobre la estructura y situación del conflicto. Teniendo la mejor visión, para poder solucionarlo y así dar paso al entendimiento. Trabajar en la dirección de llegar a un acuerdo entre los involucrados, y con el sentido de buscar la paz y la concordia entre ellos.

Hay cinco elementos del conflicto:

  • Las partes.
  • Los intereses o necesidades de cada una de ellas.
  • Las causas o motivos que originan el conflicto.
  • Las emociones o estados de ánimo que surgen.
  • Las creencias o valores que están en juego.

Analizar el origen del conflicto es importante en la primera fase. Planificar el trabajo de investigación es elemental. Recopilar datos para la evaluación del contexto del conflicto. Es un proceso estructurado que ayuda a identificar las causas probables.

Clasificación del conflicto

¿Cómo aprender a clasificarlo?

Es fundamental clasificar el problema y ver la conducta de los protagonistas del conflicto, tales como: rasgos de la personalidad, intereses, posibles influencias, preferencias. También si existen presiones familiares, laborales o sociales en su entorno. Esto es importante, para poder ayudar en la solución final.

Si es un conflicto interno, se recomienda revisar las causas, argumentos, y primeras etapas del conflicto, para poder encontrar el origen. Es importante poner sobre la mesa de acuerdos lo que es verdadero o falso desde el comienzo. Es importante tener los hechos verdaderamente claros, porque ayuda en el proceso de comunicación y acuerdos.

En los conflictos familiares, laborales, sociales y comunitarios, cualquiera sea su origen, siempre existe la probabilidad de solucionarlo, solo se debe buscar un acuerdo equilibrado y justo.

John Paul Lederach, es un profesor universitario estadounidense, especialista en consolidación de la paz internacional. También un especialista en resolución de conflictos, considera que la estructura es simple y estas se clasifican por la interacción de tres componentes: personas, proceso y problema. Y estos arrojan los elementos que deben ser tomados en cuenta para el análisis del conflicto.

Su metodología propone la disciplina de preguntar “qué relaciones existen, con el fin de lograr un proceso con más apoyos, en lugar de pensar que no existe nada en medio de escenarios polarizados y alzados en armas y creer que todas las soluciones deben venir de fuera”.

También es necesario conocer la visión del conflicto desde la docencia, y citamos como ejemplo lo que dice Nélida Zaitegi, es una maestra y pedagoga española. Ella es promotora de la construcción de la convivencia positiva en los centros educativos. Dice: “soy una creyente y practicante de la importancia que tiene la educación para construir una sociedad mejor, más humana y que humanice.

Su metodología es humanizar más y mejor a través de la educación. Y dice que educar desde la familia y desde la escuela consiste en acompañar a nuestros hijos e hijas, y alumnados en un proceso de convertirse en personas autónomas. Desarrollar competencias, valores que les ayude hacia la posibilidad de un proyecto de vida propio, a la vez que colaboran en la transformación de la sociedad, para hacerla más justa y más solidaria.

También resalta la importancia de definir qué entendemos por educación y qué entendemos por convivencia. Y tener esa referencia clara dentro de los objetivos para educar de forma integral.

Conflictos intergeneracionales

Estos conflictos pueden heredarse dentro de una familia: abuelos y nietos, padres e hijos, tíos y sobrinos, hermanos, primos, y así sucesivamente dentro de sus nexos familiares.

En los conflictos se contraponen las creencias, opiniones, valores, entre otras actitudes o costumbres culturales, tradicionales, etcétera.

Los conflictos familiares son el común denominador de la sociedad actual. Pero no podemos ser las víctimas de condicionamientos negativos externos o internos que resulten desfavorables para tener la estabilidad necesaria y con el equilibrio físico, mental y espiritual, porque de aceptarlo esto afectará su salud integral, y su estado emocional puede deteriorarse aceleradamente en el tiempo.

Entre los involucrados debe existir la buena voluntad para la resolución del conflicto, y evitar que mantengan una actitud negativa y abusiva, y dejando las amenazas fuera de la solución del mismo. Lo recomendable en que debe tratarse con términos pacíficos.

Es necesario revisar cuánto tiempo puede durar un conflicto y su poder de influencia negativa alrededor las personas que lo originaron. Revisar el ambiente es obligatorio para poder estudiar y observar aquellas personas que buscan provocar contiendas a su alrededor. Es necesario reconocer a ese tipo de personas cuyo rasgo resaltante es buscar la confrontación, rechazando la ayuda o la búsqueda de la conciliación porque no es su objetivo. También se puede asumir que no ha recibido la ayuda profesional para tratar su caso de estado conflictivo individual.

“Las personas conflictivas tienen personalidades rígidas, tienden a ser agresivas y a escalar los conflictos desproporcionadamente, culpan a los demás por sus errores, tienen dificultad para manejar emociones, presentan reacciones que no corresponden a lo que se está presentando y tienden a criticar a los demás sin fundamentos”. (Psicólogo Carlos Molina Ossa, docente de la facultad de psicología de la Universidad del Rosario-Col).

Podríamos clasificar a las personas conflictuadas como los portadores de la división, de la confrontación y de los enfrentamientos. Es mejor evitar a este tipo de personas, porque su propia conducta refleja su inestabilidad mental y emocional. Y al poder detectarlos a tiempo, vamos a ver quién es el individuo que le cuesta enmendar y corregir a sí mismo sus propios errores y conflictos internos. Ese tipo de conducta va a generar en su entorno vivencias de frustración que van afectando su vida y sus relaciones interpersonales. Y seguirá presentando esa conducta negativa sin buscar la ayuda y la orientación para corregir su personalidad conflictiva.

Los conflictos pueden afectar la salud

Si permitimos que un conflicto nos desgaste física y mentalmente, hay que pensar que el conflicto no fue manejado de la forma más ecuánime y eficaz desde el principio. Pudiendo ir en la dirección contraria a crear nuestro propio bienestar.

Con el manejo adecuado del conflicto se controlan mejor las emociones. La comunicación efectiva mejora. La negociación y el diálogo se pueden mediar, para buscar la solución pacífica que ayudará a evitar el desgaste físico y mental. Y va a mejorar el ambiente para la resolución del conflicto definitivamente.

Cuando dos o más personas no encuentran la solución de un conflicto, la autoconciencia puede contribuir a reparar faltas y esto puede mejorar la situación para poder encontrar la paz entre los involucrados

Una situación conflictiva puede deteriorar la salud, y hay estudios sobre este tema. La Dra. Shawna Ehlers, experta en psiconcología de la Clínica Mayo de Rochester. Y dice que “la activación prolongada del sistema de respuesta ante el estrés y la sobreexposición a sus hormonas alteran casi todos los procesos corporales, pero no causan cáncer. No existe evidencia científica que lo compruebe.” Pero si tiene influencia el estrés con el avance de la enfermedad y, por ello, es realmente importante controlarlo. Añade que sentir estrés, ansiedad o tristeza es algo normal, pero recomienda buscar apoyo. Advierte que “la depresión es diferente en todas las personas y no siempre es fácil de reconocer.” Y cuanto antes se controla ese estado depresivo le ayudará a enfocar mejor su energía en recuperarse y sanar.

La valoración del estado de salud ante un conflicto es importante. Revisar los hábitos motores (cuerpo) y los hábitos mentales (mente). Para ver si han sido afectados por los conflictos sin solucionar. Igualmente revise el entorno del conflicto. Para buscar la resolución entre los involucrados. También es necesario enfrentar sus miedos y sus problemas con más valor. Trabaje en el desarrollo de la autoconciencia, sin bloquear sus deseos y aspiraciones de tener una vida feliz y fructífera. Creando su propio bienestar y evitando las situaciones que puedan ser destructivas y que le afecten su propia vida.

Herramientas y recomendaciones para la solución del conflicto 

Cuando logramos solucionar un conflicto, quedamos satisfechos por el logro. También, al tener una visión madura, justa y equilibrada sobre el origen del problema, demuestra con firmeza que su estado emocional no fue alterado, ni afectada su salud, por haber tomado una decisión acertada y favorable a tiempo.

Hacer uso de los canales y herramientas necesarias para ayudar en la mediación de un conflicto, dará la oportunidad de sentirse parte de la solución y no del problema.

Establecer una resolución del conflicto. Evitando los enfrentamientos inútiles que causan desgaste en perjuicio de los acuerdos para que cesen esos conflictos entre los involucrados. Y no dejar en pausa la complejidad del mismo, ni la mediación aparte, para así poder contribuir a que se imponga la razón y el buen juicio.

El diálogo hasta cierto punto puede diferir uno del otro, pero hay que poner en contexto la resolución del conflicto. Es decir, asentar el objetivo en primer orden dentro de la mesa de acuerdos.

Buscar un mediador a tiempo ayuda mucho, que sea justo y equilibrado, neutral y calmado. No dejando espacio a la intromisión de agentes externos con una actitud que cause división y enfrentamiento, y que puede entorpecer la resolución del conflicto.

Por sobre todas las cosas que giran alrededor de los conflictos, hay que revisar a profundidad ¿cómo podemos lograr la resolución del conflicto?

En nuestras investigaciones hallamos los métodos más utilizados en la resolución de los conflictos. Y seleccionamos diez técnicas eficaces:

  1. Mediación
  2. Rectificación
  3. Revisar los obstáculos
  4. Escucharse entre ambos
  5. Diluir la ira
  6. Interpretación
  7. Ver los agentes externos negativos
  8. Acentuar lo positivo para la resolución del conflicto
  9. Evitar realizar juicios prematuros
  10. Pensar que la resolución del problema si puede considerarse y que sea resuelto.

Hagamos un ejercicio práctico y fácil de entender. Vamos a realizar este ejercicio adecuando el comportamiento de los involucrados principales del conflicto en relación a los elementos fundamentales de la naturaleza. Haga una lista de personas que conoce y que están dentro del conflicto. Cómo los observa desde su perspectiva. Es probable que, al valorar la conducta de algunos involucrados, estos pudieran estar relacionados a dos elementos. Pondrá en práctica su percepción en el momento de hacer el ejercicio.

Agua: Es la purificación, renovación, liberación, fertilidad y abundancia. Este elemento puede adecuarse a uno de los protagonistas del conflicto cuando tiene la voluntad de ayudar, de liberar, renovar, y trata de buscar el apoyo de los involucrados dentro de su propio espacio, en la búsqueda de lograr la resolución.

Tierra: Representa la materia sólida y la estructura del universo. Puede adecuarse a la persona centrada y que contempla los conflictos que giran a su alrededor o viceversa. Pero tiene el control y el equilibrio de poder influir para cambiar los conflictos. Esto dependiendo de su movimiento y posición ante los problemas, y busca lograr cambiar las cosas con la resolución del conflicto.

Fuego: Representa la energía, tiene la capacidad de cambiar y transformar. Este elemento es aplicable al protagonista del conflicto, que puede transformar todo para que cese el conflicto y cambia la situación definitivamente si actúa firmemente, y sobre todo favorablemente para lograr la resolución del conflicto entre los involucrados.

Aire: Su dominio sobre los vientos, remolinos y huracanes muestra su capacidad para influir en el ambiente. Este elemento resulta interesante comparar a los conflictos, porque aquí se pueden asociar las turbulencias que pueden originar los conflictos sin solucionar.  Este tipo de persona busca influir con su forma de pensar y de ser. No le gusta estar sujeto a normas, ni dar explicaciones, es el individuo conflictivo y libertario, que vive en conflicto permanente y mantiene en conflicto a quienes le rodean. Esto puede continuar si no busca la ayuda y la orientación especializada para su bien. Preconcebido es el entendimiento de conocer el núcleo del problema, pero con la anuencia de atender la situación, y si necesita ayuda profesional debe buscarla sin demora. Porque toda conducta conflictiva necesita revisión.

Puede aplicar este ejercicio de forma colectiva o individual para poder identificar la actitud y el comportamiento de los protagonistas del conflicto. Y que sirva de ejercicio práctico, pero no es para fundamentar juicios sobre las personas involucradas.

¿Cómo nos ayuda la palabra bíblica para enfrentar los conflictos?

Dios, es el camino que muchos han elegido. Él se ha manifestado con su gloria, con su amor y su gran poder en distintos conflictos de los seres humanos. En las escrituras bíblicas hallará la palabra que en muchos casos puede ayudarle para edificación y renovación de su vida y del prójimo. Y le orientará con su sabiduría y su enseñanza.

Muchos han podido vivir de cerca un conflicto, aunque sea una vez. Y han podido percibir toda la afectación que causa en su entorno. En lo emocional puede llevar una carga muy negativa, y en lo espiritual también. A continuación, le damos una guía bíblica.

         _Airaos, pero no pequéis; no se ponga el sol sobre su enojo, ni den lugar al diablo. (Efesios 4:26-27).

_Antes sean bondadosos unos con otros, misericordiosos, perdonándose unos a otros, como Dios también los perdonó a ustedes en Cristo. (Efesios 4:32).

_Hermanos no murmuren unos de los otros. El que murmura del hermano y juzga a su hermano, murmura de la Ley y juzga a la Ley; pero si tu juzgas a la Ley, no eres hacedor de la Ley sino juez. Uno solo es el dador de la Ley, que puede salvar y condenar; pero tú, ¿quién eres para que juzgues a otro? (Santiago 4:11-12).

_El amor sea sin fingimiento. Aborrezcan lo malo y sigan lo bueno. (Romanos 12:9).

_Encaminará a los humildes en la justicia y enseñará a los mansos su carrera. (Salmos 25:9).

Le agradecemos sus comentarios y sugerencias. También agradecemos sus valiosos aportes solicitando los temas que les gustaría ver publicados en esta página. También agradecemos compartir los artículos publicados en nuestra página, sobre temas de interés que puedan aportar bienestar y nuevos conocimientos entre sus familiares y amigos.

Nos vemos pronto, hasta la próxima.

Enlaces para consultar:

https://www.savalnet.ec

https://nuevaescuelamexicana.sep.gob.mx

https://hegel.edu.pehttps://lazosdelagente.com

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