Jesús, el gran hacedor de milagros

¿Quién es Jesús de Nazaret?

Los historiadores de la edad antigua afirman la existencia de Jesús, desde comienzos del siglo I. Algunos lo mencionan como un predicador judío. Mencionan que vivió en las regiones de Galilea y Judea, y fue crucificado en Jerusalén entre el año 30 y el 36, bajo el gobierno del procurador romano Poncio Pilato. Probablemente, Jesús murió el día antes de que diera comienzo la fiesta anual de la Pascua, que conmemora el éxodo de los judíos de Egipto.

  • En un informe redactado por Poncio Pilato, para el emperador Tiberio, describe los fenómenos que presenciaron el día de la ejecución de Jesús. “El sol se oscureció, salieron estrellas en el cielo, y por todas partes la gente encendió las lámparas”. Y agregó que, la “luz de la luna era de un rojo sangre”.
  • Esta referencia, fue investigada por dos científicos de la universidad británica de Oxford. Colin J. Humphreys y W.G. Walddington, han llegado a la conclusión de que el fundador del cristianismo murió muy probablemente el 3 de abril del año 33, en viernes, según habían informado la mayoría de los antiguos escritores cristianos.

Esto respalda la real existencia de Jesús de Nazaret.  Aunque el judaísmo niegue su existencia, la verdad de su existencia predomina en los tiempos de la humanidad.

Hay muchos historiadores, investigadores, y científicos que han estudiado la vida de Jesús, durante mucho tiempo.

Jesús de Nazaret, fue una manifestación como el Hijo del hombre en la tierra. El Hijo del Dios verdadero y eterno, vino para hacer cumplir la voluntad de su Padre. Porque ciertamente hubo un pacto entre Padre e Hijo, para la salvación de la humanidad.

¿Dónde nació Jesús, el Hijo de Dios?

Hoy, todavía, existen contradicciones por el lugar de nacimiento de Jesús. En AT (Antigüo Testamento), los profetas mencionan a Belén, antes de su advenimiento. En el NT (Nuevo Testamento) algunos de los apóstoles elegidos por Jesús, nombran a Belén, y otros mencionan a Nazaret. Revisemos las siguientes escrituras:

 «Jesús de Nazaret

_Vino a Nazaret, donde se había criado; y el sábado entró en la sinagoga, conforme a su costumbre, y se levantó a leer. Se le dio el libro del profeta Isaías y, habiendo abierto el libro, halló el lugar donde está escrito:

<<El Espíritu del Señor está sobre mí, por cuanto me ha ungido para dar buenas nuevas a los pobres; me ha enviado a sanar a los quebrantados de corazón, a pregonar libertad a los cautivos y vista a los ciegos, a poner en libertad a los oprimidos y a predicar el año agradable del Señor.>>

Enrollando el libro, lo dio al ministro y se sentó. Los ojos de todos en la sinagoga estaban fijos en él. Entonces comenzó a decirles:

_Hoy se ha cumplido esta Escritura delante de ustedes. (Lucas 4:16-21).

Nacimiento de Jesús

Aconteció en aquellos días que se promulgó un edicto de parte de Augusto César, que todo el mundo fuera empadronado. Este primer censo se hizo siendo Cirenio gobernador de Siria. E iban todos para ser empadronados, cada uno a su ciudad.

También José subió de Galilea, de la ciudad de Nazaret, a Judea, a la ciudad de David, que se llama Belén, por cuanto era de la casa y familia de David, para ser empadronado con María su mujer, desposada con él, la cual estaba encinta,

Aconteció que estando ellos allí se le cumplieron los días de su alumbramiento. Y dio a luz a su hijo primogénito, y lo envolvió en pañales y lo acostó en un pesebre, porque no había lugar para ellos en el mesón. (Lucas 2:1-7).

  • Nazaret: Situada en la región baja Galilea de Israel. Pueblo de Galilea donde Jesús creció junto a María y José (Lc: 2:39-40).
  • Belén: Pueblo situado a 8 Km. Al sudoeste de Jerusalén, en la colina del campo de Judea. Originalmente llamado Efrata. Belén es el lugar de nacimiento del Mesías. (Mq 5.2;Lc2.4;Jn 7.42).

¿Es Jesús el Hijo de Dios, el Mesías anunciado por los profetas?

Sí, si lo es. Jesús es el Mesías, y pudo demostrar ser el Hijo de Dios verdadero y eterno, el cual mora en las alturas. Él vino al mundo para declarar lo que está escrito para la humanidad, lo que está registrado en el libro de la verdad. Vino a descubrir los planes del adversario de Dios. Y derribando el engaño del príncipe de las tinieblas de este mundo.  Del enemigo del hombre, el cual pretende esclavizarlo y condenarlo a la muerte eterna.

¿Por qué Jesús, predicaba las buenas noticias?

También, es importante resaltar por qué Jesús mostraba la diferencia, sobre el reino de su Padre en la tierra, y sobre el reino del anticristo. Satanás, vino a destruir al hombre. Y Jesús vino a salvar al hombre, por eso quería siempre ayudar, sanar, liberar y rescatar. El Mesías exhortaba a los pueblos para buscar la verdad, y la salvación. Jesús, realizaba tantos milagros con amor y misericordia. Y fueron tantos los testimonios, que resulta imposible nombrar a otro ser humano que haya podido superar a Jesús hasta hoy. Porque son hechos registrados en la historia humana como algo poco común de ver desde tiempos antiguos.

Jesús, un salvador anunciado por los profetas de Dios. Un hombre que caminaba en medio de tantas vicisitudes, y de tantas persecuciones, pero que amaba lo que hacía por amor al prójimo. Él cumplía la voluntad de su Padre ante todo, haciendo que se cumpliera el primero de los Diez mandamientos: “Amarás a Dios sobre todas las cosas”. Y el mismo Hijo de Dios, lo reafirma en la siguiente escritura:

_Maestro, ¿cuál es el gran mandamiento en la Ley?

Jesús le dijo:

 _”Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma y

Con toda tu mente.”Este es el primero y grande mandamiento. Y el segundo es semejante: “Amarás a tu prójimo como a ti mismo.”

De estos dos mandamientos dependen toda la Ley y los profetas. (Mateo 22:36-40).

Glorificamos al Hijo de Dios que actúa con sabiduría, con misericordia, con bondad, con paciencia, y con mucho amor por el prójimo. Su entrega ejemplar y su sacrificio humano logra marcar una era, un tiempo inolvidable para la humanidad. Y sus extraordinarios milagros lo ubican como único ejemplo en el mundo. El Hijo de Dios fue cubierto de gloria. Sin duda alguna, es un gran Maestro para la humanidad toda.

Jesús amaba al pecador, lo definió con su prédica durante su transitar en la tierra. Predicaba las bienaventuranzas con buen ánimo. Su gloriosa manifestación la demostró en palabra, en obras, y en hechos, y lo sigue demostrando al transcurrir del tiempo.

Vamos a demostrar que Jesús de Nazaret, es el único hombre en la tierra que manifestó con hechos maravillosos la gracia de Dios ante la humanidad. Porque no solo obraba el poder del Padre creador a través de él, sino que lo ponía por obra ante multitudes.  Muchos de los testigos y testimonios de sus milagros se multiplicaban en todas partes. Jesús ganaba admiración entre sus seguidores. Él sanaba toda enfermedad y toda dolencia. Y se podía comprobar con atribución la salvación de muchos. Después de esto se sentía la poderosa manifestación de la gloria de Dios, para sanar, liberar, resucitar, transformar, rescatar, salvar a la humanidad del pecado. Jesús dijo:

Trabaja, no por la comida que perece, sino por la comida que permanece para vida eterna, la cual les dará el Hijo del hombre, porque a éste señaló Dios, el Padre.

Entonces le preguntaron:

_¿Qué debemos hacer para poner en práctica las obras de Dios?

Respondió Jesús y les dijo:

_Esta es la obra de Dios, que crean en aquel que él ha enviado. (Juan 6:27-29).

Jesús, no terminó sus días crucificado por amor a la humanidad en un madero sin sentido alguno. Jesús venció a la muerte al resucitar al tercer día de entre los muertos. El propósito principal fue revelar el reino de Dios en la tierra. Hablar de la vida verdadera, y de la salvación para la creación de Dios. Jesús, verdaderamente, mostró el camino, la verdad y la vida al mundo.  Jesús es la luz del mundo.

Jesús el que venció al mundo, como lo dice la palabra en el libro de Juan.

Jesús les respondió:

_¿Ahora creen? La hora viene, y ha venido ya, en que serán esparcidos cada uno por su lado y me dejarán solo; pero no estoy solo, porque el Padre está conmigo. Estas cosas les he hablado para que en mí tengan paz. En el mundo tendrán aflicción, pero confíen, yo he vencido al mundo. (Juan 6:31-33).

Es el poder de Dios a través de su Hijo amado Jesús.

Se mencionan 35 milagros en el nuevo testamento bíblico, atribuidos a Jesús de Nazaret.

Y con los milagros de Jesús, se manifestaba el gran poder de Dios.

Los testigos de los milagros del Hijo de Dios, vieron la gloria de Dios manifestándose sobre una multitud. El Hijo glorificaba al Padre en la tierra.

Muchos podían ver llenos de asombro lo que el Hijo de Dios, podía hacer ante sus ojos. Jesús podía convertir lo imposible en posible. Lo inexplicable en explicable. Lo desconocido en conocido. La obra de Dios se mostraba con el espíritu de la verdad. Sus misterios se develaban, porque era la gloria de Dios Padre, alumbrando al mundo a través de Jesús, su Hijo amado. Su nombre significa: Dios con nosotros.

Es decir, Jesús el Hijo de Dios, compartía personalmente los milagros con la gente que le seguía, sin excluir a ricos ni a pobres. En su labranza veía al mundo como un gran campo, para sembrar la semilla de la fe, del amor, del perdón. Jesús, el gran pastor buscaba juntar a su rebaño, y les mostraba el reino de su Padre.

Jesús, convertía lo inexplicable en algo tangible, para que muchos pudieran ver, oír, tocar, percibir, y experimentar en aquellos días, cada misterio, cada milagro, cada hecho sobrenatural. Así iba Jesús, recorriendo pueblos, aldeas, predicando el evangelio y las bienaventuranzas, en todos sus caminos.

Jesús, obraba en amor y en poder, para que entendieran que Dios lo había enviado a sanar y a salvar a la humanidad.

Muchos testigos podían presenciar y ver un milagro en acción, es decir, realizándose en ese mismo momento. También, estaban aquellos que tenían conocimiento a través de terceros, porque escuchaban los testimonios de un familiar o de un conocido cercano donde se manifestaba que había obrado el poder del Espíritu Santo en su vida. Todo quedaba allí revelado ante multitudes, y quedaban los testimonios de esos hechos tan maravillosos, con la gran presencia de Jesucristo allí, en el mismo lugar de los acontecimientos. Se popularizaba la fama de Jesús.

Después, que Jesús murió crucificado y lo pudieron ver resucitado al tercer día, sus apóstoles pudieron comprobar la grandeza de su poder y de su victoria. Fue el último milagro en esos días y fue uno de los mayores milagros, porque el Hijo de Dios, derrotó la muerte.

Todas las cosas por medio de él fueron hechas, y sin él nada de lo que ha sido hecho fue hecho.

En él estaba la vida, y la vida era la luz de los hombres. La luz resplandece en las tinieblas, y las tinieblas no la dominaron.  

 (Juan 1:3-5).

También, en las sagradas escrituras relatan que los profetas, los videntes, y los apóstoles de Jesús, conocían muy de cerca parte de esos misterios divinos. El AT relata en diferentes libros que el Padre escogía a un ser humano, para que llevara su voz a los pueblos, también, a los gobernantes, a reyes, príncipes. Así que los milagros y los hechos sobrenaturales, ya muchos lo conocían. Numerosos testimonios se revelan en el antiguo y nuevo testamento. Por ello, esos hechos donde se manifestaba el gran poder de Dios, se conocen porque se llevaba un registro en manuscritos, o pequeños libritos. Era como una colección de pequeños libros, diversos en origen, que da forma a lo que hoy conocemos como: La Biblia.  

La Biblia, está dividida en dos grandes partes. “El AT recoge y transmite la experiencia religiosa del pueblo israelita desde sus orígenes hasta la venida de Jesucristo. Y el NT es la referencia definitiva de la fe cristiana. En él se hallan consignados los acontecimientos que dieron origen a la iglesia de Jesucristo, el Hijo eterno de Dios Todopoderoso».

Un ejemplo, está reflejado en el libro de Éxodo, en el antiguo testamento, donde se relata parte de los misterios de Dios con el pueblo de Israel. Jehová, fue el primero en mostrar su gran poder. Este hecho en la tabla cronológica de la Biblia, se registra en el año a.C  1250/1230, aproximadamente.

Entonces Jehová dijo a Moisés:

_Por qué clamas a mí?  Di a los hijos de Israel que marchen. Y tú, alza tu vara, extiende tu mano sobre el mar y divídelo, para que los hijos de Israel pasen por medio del mar en seco. Yo endureceré el corazón de los egipcios, para que los sigan; entonces me glorificaré en el faraón y en todo su ejército, en sus carros y en su caballería. Y sabrán los egipcios que yo soy Jehová, cuando me glorifique en el faraón, en sus carros y en su gente de a caballo.

El ángel de Dios, que iba delante del campamento de Israel, se apartó y se puso a sus espaldas, e iba entre el campamento de los egipcios y el campamento de Israel; para aquellos era una nube tenebrosa, pero a Israel lo alumbraba de noche; por eso, en toda aquella noche nunca se acercaron unos a otros.

Moisés extendió su mano sobre el mar, e hizo Jehová que el mar se retirara por medio de un recio viento oriental que sopló toda aquella noche. Así se secó el mar y las aguas quedaron divididas. Entonces los hijos de Israel entraron en medio del mar, en seco, y las aguas eran como un muro a su derecha y a su izquierda.  (Éxodo 14: 15-22)

Los egipcios los siguieron, y toda la caballería del faraón, sus carros y su gente de a caballo entraron tras ellos hasta la mitad del mar. Aconteció a la vigilia de la mañana, que Jehová miró el campamento de los egipcios desde la columna de fuego y nube, y trastornó el campamento de los egipcios, quitó además las ruedas de sus carros y los trastornó gravemente. Entonces los egipcios dijeron:

_Huyamos ante Israel, porque Jehová pelea por ellos contra los egipcios.

Pero Jehová dijo a Moisés:

_Extiende tu mano sobre el mar, para que las aguas se vuelvan contra los egipcios, sus carros y su caballería.

Moisés extendió su mano sobre el mar y, cuando amanecía, el mar se volvió con toda su fuerza; al huir, los egipcios se encontraban con el mar. Así derribó Jehová a los egipcios en medio del mar, pues al volver las aguas, cubrieron los carros, la caballería y todo el ejército del faraón que había entrado tras ellos en el mar; no quedó ni uno de ellos. En cambio, los hijos de Israel fueron por en medio del mar, en seco, y las aguas eran como un muro a su derecha y a su izquierda. (Éxodo 14:23-29).

En el NT se relata la vida del Hijo de Dios, y es cuando Jesús se manifiesta como hombre público ante las multitudes. Jesús obraba con gran poder santo, y en perfecta comunión con el Padre Jehová. En aquellos días Jesús, sanaba a muchos enfermos, mientras les enseñaba el mensaje de las buenas nuevas. Exhortando al pueblo con la verdad y con la única esperanza de la salvación. Entonces, Jesús de Nazaret, elige a los doce apóstoles, los escogió para que le acompañaran y para convertirlos en pescadores de hombres. Jesús, se convierte en el mediador perfecto entre Dios y los hombres.

Jesús hablaba algunas veces en parábolas, ilustraba algunos ejemplos, para que lo entendieran mejor. Y el mismo Jesús, explicó el propósito de las parábolas y dijo que algunos les dan el saber de los misterios del reino de los cielos, pero a otros no. Podemos hallar la ampliación y la interpretación del propósito de las parábolas en el libro de Mateo, capítulo 13; versículos 10 al 17.

Jesús, en su andar no se vanagloriaba con sus milagros, en aquellos días sus seguidores aumentaron cada día. Dicen las escrituras que la gente procuraba tocarlo, por el poder que salía de él. (Lucas 6:18-19).

Resaltemos algunos de los milagros de Jesús, que forman parte de un poder santo, vivo y eficaz. Y recordemos siempre, que Dios está con nosotros para guiarnos por el camino de la luz, de la verdad y de la vida. Y el Espíritu Santo es el consolador óptimo para la humanidad. A continuación, podemos tener una guía de sus milagros:

Milagros de Jesús

Convertir el agua en vino (Juan 2:1-12). // Caminar sobre el agua (Mateo 14:22-32). // Jesús calma la tempestad (Mateo 8:23-27). // La resurrección de Lázaro (Juan 11:38-44). // Sanó a un leproso (Mateo 8:1-4). // Dos ciegos reciben la vista (Mateo 9: 27-31) // Expulsa una legión de demonios de un hombre. (Lucas 8:26-39). // Jesús sana a la suegra de Pedro. (Mateo 8:14-15) // Sana a un leproso (Mateo 8:1-4). // Sana al siervo de un centurión. (Mateo 8:5-13). // Sana a muchos enfermos (8:16-17). // Sana a un paralítico (Mateo 9:1-8). // Levanta de la cama a la hija de Jairo, quien estaba muerta. (Mateo 9: 23-26). // Sana a una mujer con flujo de sangre. (Mateo 9: 18-22). // Sana a un hombre de la mano seca. (Mateo 12:9-14). // Alimentación de los cinco mil (Marcos 6:30-44).

La aparición de Jesús en la vida pública, está registrado en la tabla cronológica del Nuevo Testamento, en el reinado del segundo Emperador romano Julio César Tiberio (14-37), sucesor de Augusto. Tiberio, durante su imperio, designó a Poncio Pilato, para gobernar en Judea (26-36).  El prefecto romano Pilato, autorizó la muerte de Jesús, con el conocimiento de que ese hombre no había cometido delito. Y por respuesta, se lavó las manos en presencia de sus acusadores. Y dijo: _Inocente soy de la sangre de este justo. Allá vosotros. (Mateo 27:24).

Recordemos cuando Jesús, alimentó a una multitud.

La multiplicación de los panes y los peces

Alimentación de los cinco mil

Entonces los apóstoles se reunieron con Jesús y le contaron todo lo que habían hecho y lo que habían enseñado.

Él les dijo:

_Vengan ustedes aparte, a un lugar desierto y descansen un poco.

(Eran muchos los que iban y venían, de manera que ni aun tenían tiempo para comer.) Y se fueron solos en una barca a un lugar desierto. Pero muchos lo vieron ir y lo reconocieron; entonces muchos fueron allá a pie desde las ciudades, y llegaron ante ellos, y se juntaron a él. Salió Jesús y vio una gran multitud, y tuvo compasión de ellos, porque eran como ovejas que no tenían pastor; y comenzó a enseñarles muchas cosas. Cuando ya era muy avanzada la hora, sus discípulos se acercaron a él, y le dijeron:

_ El lugar es desierto y la hora ya muy avanzada. Despídelos para que vayan a los campos y aldeas de alrededor y compren pan, pues no tienen qué comer.

Respondiendo él, les dijo:

_Den ustedes de comer.

Ellos dijeron:

_ ¿Quieres que vayamos y compremos pan por doscientos denarios y les damos de comer?

Él les pregunto:

_¿Cuántos panes tiene? Ir a ver.

Y al saberlo, dijeron:

_Cinco, y dos peces.

Entonces les mandó que hicieran recostar a todos por grupos sobre la hierba verde. Se recostaron por grupos, de ciento en ciento, y de cincuenta en cincuenta. Entonces tomó los cinco panes y los dos peces y, levantando los ojos al cielo, bendijo, y partió los panes y dio a sus discípulos para que los pusieran delante; también repartió los dos peces entre todos. Comieron todos y se saciaron. Y recogieron, de los pedazos y de lo que sobró de los peces, doce cestas llenas. Los que comieron eran cinco mil hombres. (Marcos 6:30-44).

¿Por qué, ocurrían todos estos milagros? La respuesta es, porque Jesús, obraba con el poder del Espíritu Santo junto a su Padre.  Y con ese poder santo lograba la atención de la humanidad. Y estaba en comunión espiritual perfecta con su Padre, para alcanzar algunos hechos extraordinarios. Obraban el Padre, Hijo y Espíritu Santo, trabajando al unísono. Podríamos decir, que es la unión de una fuerza poderosa que ningún ser humano en la tierra puede lograr equilibrar con tanta perfección a la vez.

La oración que enseñó Jesús:

>>“Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre. Venga tu Reino. Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra…” (Mateo 6:9-13).

La iglesia en Cristo debe ser muestra de su amor, de su palabra, de su mensaje, y en sus obras debe estar su fuerza poderosa. Jesús, nos da la vida y la salvación, y quiere estar en el corazón de cada ser humano. Invocar el nombre de nuestro salvador Jesús, en todo lugar confirmará su triunfal regreso. Buscando la edificación del ser humano, apartándolos de los gobernantes de las tinieblas de este mundo. Buscando primeramente el reino de Dios y su justicia. Debemos estar firmes y confiados en Jesús. Anunciando el evangelio de la paz. Tomando el escudo de la fe, siempre. Guardándonos de los falsos profetas.

Y no sabemos la hora, ni el día de su llegada, pero no lo duden, Jesús estará con nosotros. Dios estará con nosotros. Citemos la siguiente palabra profética del libro de Apocalipsis:

<Miré, y oí la voz de muchos ángeles alrededor del trono, de los seres vivientes y de los ancianos. Su número era millones de millones, y decían a gran voz:

<<El Cordero que fue inmolado es digno de tomar el poder, las riquezas, la sabiduría, la fortaleza, la honra, la gloria y la alabanza.>>

A todo lo creado que está en el cielo, sobre la tierra, debajo de la tierra y el mar, y a todas las cosas que hay en ellos, oí decir:

     <<Al que está sentado en el trono y al Cordero, sea la alabanza, la honra, la gloria y el poder, por los siglos de los siglos.>>

Los cuatros seres vivientes decían: <<¡Amén!>>.

Y los veinticuatro ancianos se postraron sobre sus rostros y adoraron al que vive por los siglos de los siglos. (Apocalipsis 5:11-14).

>>¡Vengo pronto, y mi galardón conmigo, para recompensar a cada uno según sea su obra.

Yo soy el Alfa y la Omega, el principio y el fin, el primero y el último.

Bienaventurados los que lavan sus ropas, para tener derecho al árbol de la vida, y para entrar por las puertas en la ciudad…

>>Yo, Jesús, he enviado mi ángel para dar testimonio de estas cosas en las iglesias. Yo soy la raíz y el linaje de David, la estrella resplandeciente de la mañana.>> (Apocalipsis 22:12-16).

Nos leemos pronto. Dios les bendiga.

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